Etiquetas

,

La niña del Magnum. Luanda. Angola2012. | LdVPhotos

La niña del Magnum. Luanda. Angola2012. | LdVPhotos

Me levanto con la canción de Serrat pegada a mi cerebro. Hoy nos vamos a Madrid. Rezo para que no haya retrasos y para que la vuelta a España sea tranquila. Este viaje ha sido inolvidable y a pesar de que no hemos podido ver todo lo que queríamos hemos aprendido muchas cosas; yo sobre todo.

Entre otras, que el tiempo es relativo, que la mayoría de las cosas no son para anteayer y que cuando nos cabreamos y hablamos de que «esto es tercermundista» no tenemos ni la más remota idea de lo que estamos diciendo. Es una frase que he logrado erradicar de mi vocabulario. Ahora me resta asimilar las otras dos máximas.

Hemos desayunado bien, hemos cogido el candongueiro a tiempo, el muchacho ha sido la mar de honrado al devolvernos un billete que se nos había extraviado, volvemos con 45 tapones de plástico para destinarlos a una buena causa y yo he podido tomarme un Magnum de avellanas y chocolate negro, una variedad que no he encontrado en España.

¿Qué más se puede pedir después de haber disfrutado de unos días en un país fantástico en la mejor de las compañías? Pues que sigamos teniendo las mismas ganas de viajar, la misma ilusión por aprender y la misma inquietud por hacer algo diferente.

Os esperamos en la próxima aventura; africana… o no. Hasta siempre.